Ocurre principalmente en perros ya que los gatos parecen ser más resistentes a la exposición al calor.
Las consecuencias en el organismo pueden ser muy graves; daños en todos los órganos del cuerpo, sobre todo en el corazón, hígado, los riñones, el intestino y puede ocurrir edema cerebral, etc. y todo depende del tiempo de exposición al sol y la intensidad de la temperatura.
La mejor manera de evitarlos es prevenir que ocurran; no dejando al perro en lugares cerrados sin ventilación con altas temperaturas o atados a pleno sol sin ninguna sombra para cobijarse o en sitios con un alto grado de humedad sin acceso agua fresca para hidratarse.
Cuando un perro está sufriendo un golpe de calor se manifiestan los siguientes síntomas: jadeo excesivo, taquicardia, lengua muy oscura o azulada, postración, temperatura corporal muy elevada, sangrado, vómitos y diarrea.
¿Cómo actuar?
Ante un golpe de calor, lo mejor es empapar al perro con agua fresca, pero no helada, porque eso contrae los vasos sanguíneos de la piel y el calor no puede disiparse. Se puede combinar el agua con un ventilador que elimine el calor rápidamente de la superficie del cuerpo.
Un golpe de calor es una emergencia extrema, de modo que debes llevar a tu perro al veterinario lo antes posible.